lunes, 30 de mayo de 2011

Recordando a Milton Babbitt: Un compositor académico y cerebral – con afinidad por la música popular

Milton Babbitt / Fuente: www.npr.org

Por Juan Garcia-Bazan

No es nada raro encontrarnos con grandes compositores que murieron en el olvido o peor aún, desacreditados. Bach murió sin el reconocimiento que se le debía; Schubert sobrevivía gracias a un pequeño grupo que logró ver su talento y lo apoyaba económica y artísticamente pero murió pobre y casi en el anonimato; Mahler habría sido olvidado si no fuese gracias a Leonard Bernstein quien revivió su música en los años 60; en fin, ejemplos como éstos sobran. Sin embargo, el pasado 29 de Enero del 2011 ocurrió un hecho mucho más extraño, murió un compositor que no solo no logró el reconocimiento que se merecía en vida sino que su carrera artística fue eclipsada por ser catalogado como puramente cerebral y académico debido a sus métodos de composición. Su música se posicionó como exclusiva para la élite musical e incluso fue rechazada por directores y orquestas de la talla de Riccardo Muti y la Orquesta de Filadelfia.

Pero, durante toda su carrera, Milton Babbitt aceptó y adoptó aquellas palabras y términos que se usaban en forma despectiva contra él. Siempre mantuvo una postura firme y elitista con referencia a la música avanzada ya que nunca vio la necesidad de que ésta fuese compartida con el público general. Sugirió que al igual que el público “normal” no tiene ni voz ni voto en temas de Física avanzada o Investigación Médica de punta, tampoco tenían por qué ser incluidos o tomados en cuenta durante el proceso creativo de la música avanzada y/o la investigación musical. De hecho, en 1958 se publicó un artículo escrito por Babbitt, en la revista High Fidelity, titulado ¿A quién le importa si lo escuchas?, donde planteó que la música avanzada era “para, de y por especialistas en el tema”. Desgraciadamente Babbitt ganó un gran número de enemigos con un título como tal (incluyendo compositores contemporáneos). Sin embargo, la realidad es que dicho título fue cambiado sin su autorización – originalmente el artículo fue titulado por Babbitt como “El Compositor como Especialista”. No obstante, muchos de sus logros musicales fueron opacados por las etiquetas de elitista y arrogante que resultaron de ese texto. Pero elitista o no, Babbitt también tenía un conocimiento insuperable de la música popular americana (Tin Pan Alley), incluso fue maestro del compositor de música para teatro Stephen Sondheim. De igual forma compuso piezas adoptando la corriente del Third Stream creada por Gunther Schuller, como por ejemplo “All Set” escrita para ensamble de Jazz mostrando así una admirable flexibilidad artística…eso sí, muy al estilo americano.

Babbitt, quien nació el 10 de Mayo de 1916 en Filadelfia y murió el pasado 29 de Enero del 2011 en Princeton, New Jersey; puede ser un compositor que el público no ubique como primordial en la música del siglo XX pero su influencia en técnicas de composición y desarrollo de sintetizadores es sin duda monumental. Babbitt fue el primer compositor en tomar el concepto del Serialismo (creado por Arnold Schoenberg) y llevarlo a su nivel máximo donde no solo se trabaja con una serie tonal sino que se ‘serializa’ cada aspecto de la música incluyendo tempos, duración de las notas, dinámicas, articulaciones, etcétera. Evidentemente, este es un método quasi-matemático que alude a los primeros intereses académicos de Babbitt. Incluso, el compositor fue contratado durante la Segunda Guerra Mundial por el gobierno Estadounidense para realizar investigaciones matemáticas secretas. Sin duda el músico americano utilizaba de la misma forma un procedimiento altamente científico e investigativo en sus composiciones.

Como resultado de su serialización total, Babbitt comenzó a sufrir los percances de la interpretación humana ya que algunas de sus indicaciones eran involuntariamente omitidas por los intérpretes. Fue así como el compositor vio una perfecta oportunidad cuando fue invitado a trabajar en el desarrollo del primer sintetizador programable RCA Mark II. Con esto comenzó su período de composición electrónica la cual fusionó con instrumentos o voces en vivo, tal como Philomel (escrita para soprano y acompañamiento de sintetizador). Más que interesado en generar nuevos sonidos, Babbitt encontró una solución a su eterno problema de precisión en la interpretación.

La estructura en las obras de Babbitt da la impresión de haber sido realizadas por la mano de un cirujano. Son de una precisión extrema, en las que cada dinámica, cada timbre o cada articulación juega un papel protagónico en el balance de la pieza. Por ello es que Babbitt adoptó con brazos abiertos la inclusión de sintetizadores automatizados en sus conciertos. Solía decir que no había mejor sentimiento que el de entrar un día al estudio de grabación y salir ese mismo día con la cinta de su grabación final bajo el brazo. No obstante, cualquier persona que no esté familiarizada con la complejidad estructural de Babbitt y simplemente lo escuche pasajeramente, podrá notar también un contenido melódico extraordinario que logra atrapar a aquellos dispuestos a abrir sus oídos.

Babbit, al igual que Mahler, es un compositor que resucitará musicalmente dentro de algunos años, es simplemente cuestión de tiempo. Es probablemente el músico americano olvidado más importante de la historia y de mayor influencia. Sin duda, su música nunca será del gusto de todo el mundo pero bastaría con poder colocarlo en la cultura general de la gente como el pilar que fue para la música contemporánea. Se necesitan músicos como Gunther Schuller o James Levine, quien comisionó piezas de Babbitt para laOrquesta del Metropolitan Opera House y la Sinfónica de Boston, para lograr que la gente mencione su nombre con la misma familiaridad que el de Stravinsky – aunque a duras penas sepan que es el compositor deLa consagración de la primavera.

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