martes, 8 de mayo de 2012

Ricardo Monteros Tello, Ganador del concurso nacional de composición

La vida de Ricardo Monteros se ajusta a la frase: nadie es profeta en su propia tierra. Ganador de la edición 2012 del concurso de composición de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (que se retoma después de 12 años), su carrera, que inició en su ciudad natal: Loja, se ha desarrollado entre Quito y Ucrania. Fue en Europa donde estudió composición musical académica. Además, fue allí, al iniciar sus estudios, donde nació y consolidó parte de su obra ganadora: Sinfonía Ecuador. 

Sus inicios 

Aunque desde su nacimiento su padre (exintegrante de Pueblo Nuevo) quería que él fuese músico, Monteros ingresó tarde, a los 14 años, a las aulas del Conservatorio de Música Salvador Celi Bustamante, en Loja. La intensidad de la carrera musical de su padre fue lo que en los primeros años de su vida lo apartó de este ámbito aunque le dio la motivación y entorno necesario para cuando el deseo aparezca sea irrefrenable. Pese a la edad en la que empezó sus estudios de piano logró ser pianista destacado de su generación, si bien es cierto empezó tarde esto quizás esto lo hizo que su formación sea con mas conciencia y dedicación, puso todo de sí para recuperar el tiempo atrasado logrando méritos académicos, tanto en su colegio, en donde también fue el mejor egresado así como en el conservatorio. Diez años después de ingresar al conservatorio, terminó el conservatorio bajo la tutela de profesores como Guillermo Espinoza, Lorena Terán, Eugenia Semeonova, Norman Cuesta. A sus 24 años ya era profesor de piano de la misma institución donde se formó, graduando a varios pianistas hasta su viaje a Ukraina. 

La música se volvió todo para él y abandonó su carrera de Ingeniería en Alimentos para cursar sus estudios superiores en composición en Ucrania, en el conservatorio superior Nezhdanova, con los maestros de composición Sergey Shustov y Julia Gomelskaya. Allí, en medio de un intenso ambiente académico en el cual resaltaba por ser el único latino en la facultad de composición, escribió sonatas, rondos y su Sinfonía Ecuador, con la que obtuvo mérito académico al graduarse. 

La obra ganadora 

la obra es una sinfonía programática, forma sonata clásica, narra todos los acontecimientos de la independencia de nuestro país, “Mi profesora de composición veía que era una obra de mucha fuerza y energía, y su programa de trascendencia histórica en mi país por lo que sugirió su nombre, Sinfonía Ecuador”. Él comenzó a escribir la partitura ganadora del concurso de composición de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE) mientras estaba en de vacaciones en Ecuador, en su ciudad natal Loja, pero la terminó en Ukrania, como estudiante de la Academia Superior de Música Neshdánova. “Este era mi trabajo de fin de curso, siempre quise escribir algo que pudiera dar la misma energía de la 1812, de Chaikovsky, que siempre se usaba en el marco de la independencia de mi país, obra que poco o nada tiene que ver con la historia de nuestra independencia”.

Para retratar musicalmente al Ecuador, Monteros no quería hacer folclor ni indigenismo. “Mi propósito era no valerme tanto de los géneros tradicionalmente de danza de nuestra música y crear algo más contemporáneo universal, no hace falta danzar para ser ecuatoriano”. Es por ello que Sinfonía Ecuador está escrita en lenguaje neoclásico, recuperando otros ritmos también presentes en la historia de la musical nacional como el yapaichiska, o Salve Salve Gran señora, melodía preincásica, la cual basa toda la obra. En sí, la obra es programática, es decir que narra una historia, en este caso las luchas por lograr la independencia. 

Un estilo vanguardista

Monteros se identifica como un compositor de una nueva generación. Sus obras, subraya, están enmarcadas en lenguajes del siglo XX y XXI. Por ejemplo, una de las obras en las que actualmente trabaja es una estadística sobre las muertes por inanición de la organización mundial de la salud. Esta pieza, cuyo nombre aún se desconoce, tan solo tiene un minuto de duración. 
En este tiempo, diez instrumentos armonizan en conjunto. Luego de seis segundos uno deja de sonar, luego otro y otro. Al final, tan solo uno emite sonidos. “Mientras tanto, afuera, diez personas murieron por falta de alimento”, apunta para enfatizar la idea que dio vida a su obra: cada minuto 10 personas mueren de hambre en el mundo. 

La composición en el país En su calidad de vicerrector y director del aérea de composición del Conservatorio Nacional de Música, Monteros asegura que en materia de composición  se esta despertando un movimiento muy interesante, hay mucha madera en los chicos, están empezando ya a dominar técnicas universales de composición, en especial con lo que se hace en la carrera de composición, formada en el conservatorio superior nacional de música en octubre del 2010, con registro del ex Conesup. “En el país los compositores apenas pueden graduarse del conservatorio con un título de tecnólogo, cosa que no refleja la situación de un artista. casi no hay oportunidades de formación mas profunda en el país, con suerte podrán salir del país y lograr consolidar una carrera en nivel superior”, dice. Jorge Oviedo, reconocido compositor ecuatoriano, coincide con él. La falta de lugares regulares para estudiar esta carrera da como resultado un déficit en expertos en el área. Pero eso no ha detenido a los compositores, a pesar de que sus obras no se escuchen. 

HOJA DE VIDA  

Ricardo Monteros Tello Nació  en Loja, en 1977. Es Tecnólogo Musical especialidad piano, Conservatorio nacional Salvador Bustamante Celi,  Licenciado en artes, composición, profesor de composición en la Academia Superior de Música A. V. Neshdánova,  Odessa, Ucrania. Magister en pedagogía musical en el Instituto Pedagógico Superior  Ushinsky de Odessa, Ukraina, actualmente director de la carrera de composición y Vicerrector Académico del Conservatorio Superior Nacional de Música

Su punto de vista.  


Ecuador ha desarrollado las artes se han desarrolla de manera magnífica, pero es apenas un   1 %  lo que se hace desde el punto de vista estatal, y esto con la magnífica propuesta del Ministerio de Cultura y su proyecto de La Universidad de las Artes, es el primer paso tan solo.

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